AUTORES INDEPENDIENTES
AUTORES INDEPENDIENTES
Caterina Vargas
Gracias por regalarnos la belleza de tu poema.
Me encontré pensándote,
entre los recuerdos del ayer, y los anhelos del mañana.
Me encontré inspirándote, a qué sigas haciendo aquello que amas,
y obligándote a soltar lo que no te ama.
Me encontré enseñándote, a qué los sueños no se alcanzan, sino que te persiguen,
porque lo que te pertenece, tarde o temprano te encuentra a la vuelta de la esquina.
Me encontré defraudándote,
haciendo todo lo contrario a lo que te aconsejo que hagas.
...A impregnar los recuerdos del ayer, en cada minuto de mi presente, y a percibir los anhelos del futuro, como algo casi inalcanzable de realizar.
A seguir haciendo cosas que amo, y otras que no tanto.
A sostener firmemente situaciones y personas que ya no me eligen ni me aman.
A perseguir "sueños" que no me corresponden.
A escapar de mis verdaderos anhelos, cuando los veo sentados en el cordón de la vereda, esperándome a ser vistos, y que, por miedo, desisto.
Pero nos encontramos, para al menos, entendamos, que somos humanos, y nos equivocamos.
Que somos el reflejo del otro.
La imagen que jamás quisiéramos representar en la vida, o un reflejo digno de admirar e imitar.
Pero nos desencontramos, con todo el conocimiento adquirido, de errores y de aciertos.
Seremos lo que nos falte en un futuro,
o lo que sobró, de aquel pasado.
Pero si un día nos volvemos a encontrar, que suerte y que desgracia sería.
Trataré de ser invisible, para que, con mi presencia, no desafíe a tu existencia, de ser esa dosis de felicidad, o esa dosis extra de tristeza.
Aquí disfrutamos algunos de sus cuentos, reflejo de su calidez como persona, y su impronta como escritora.
Río Paraná
Le gustaba ir a pescar. Una escapada al río Paraná de vez en cuando lo sacaba de la rutina. Disfrutaba el aire fresco y el silencio. ¿Si pescaba en abundancia?, no tanto, pero era la excusa perfecta para salir de casa, huir de los problemas que parecían incrementarse cada día más. El camino que lo llevaba a playa hermosa era de tierra; a un costado una hilera de árboles que estratégicamente fueron plantados a lo largo del camino servía de muralla contra el viento. Llegó a la orilla y se quedó donde siempre lo hacía. Recostó su espalda contra una piedra y ubicó la caña de pescar de manera que no debía sostenerla. La tarde llegaba a su fin.
El cielo se tiñó de naranja y púrpura, la noche caía.
Estaba muy oscuro cuando despertó, recogió sus cosas torpemente; no se distinguía mucho en la oscuridad.
Suele haber noches claras en ése paraje, pero esta noche en particular era muy oscura.
Emprendió el regreso, tropezó en algunas ocasiones pensando lo tonto que fue no traer linterna. Recorrió un trecho y se asustó ver un hombre parado al costado del camino. Las sombras de la oscuridad desfiguraban sus facciones, pero se sintió aliviado de verlo.
Se presentó y le preguntó si era baqueano del lugar, y si lo guiaría hasta la ruta principal. La conversación entre los dos acortó el tiempo, aunque no la distancia.
Hablaron de muchas cosas. Los hijos, la familia, los parientes, y la dirigencia del país.
Faltaban unos pasos para llegar a la ruta principal que estaba en ése sector iluminada.
— Gracias amigo no se imagina lo agradecido que estoy con su compañía; no le voy a ocultar que tenía mucho, pero mucho miedo.
— Y dígame ¿usted no tenía miedo?
Su acompañante giró la cabeza hacia un costado y con una expresión que más que ver adivinó le dijo
— Que va... ahora no tengo miedo, pero antes, cuando estaba vivo, tenía mucho miedo.
El Engaño
de Ana maría Pastori
Lucía hacia los quehaceres de la casa con desgano. Treinta y cinco años de casada no borraron su belleza, y la imagen que le devolvió el espejo era de una mujer hermosa, pero con ojeras y gran tristeza en su mirada.
Sospechaba que su esposo tenía un amante desde unos meses atrás. La trataba mal, siempre minimizando sus actos o sus opiniones, a cada comentario que ella hacia él respondía — No me interesa ese tema —y así cerraba toda posible comunicación. No parecía reparar en las lágrimas que ella derramaba en silencio..., y ése silencio sustituyó sus pensamientos dolorosos que gritaban en su interior.
Era de madrugada, casi al albor del día cuando regresó y decidió enfrentarlo.
Tanto la menospreciaba que decidió escuchar la voz de la dignidad..., esa dignidad que había anulado...; y conversaron. — ¡El amor se terminó! —dijo contundente.
Y no se habló más. Decidieron dormir en cuartos separados hasta el divorcio.
Temprano al día siguiente fue a visitar a una amiga; esas de fierro que están siempre a tu lado y que no son fáciles de encontrar.
Juntas se dirigieron a ver a una abogada, joven aún, que la escuchó en silencio. Fue muy respetuosa ante las lágrimas derramadas de su clienta. Sabía que el dolor está, siempre y cuando también esté el amor. Y comprobó que no era orgullo lo que inducia a ese divorcio, sino el amor a que su esposo sea feliz, aunque sea con otra mujer.
Una pregunta de su abogada la descolocó:
— Usted todavía lo ama? —siguió un silencio.
— Mucho, como el primer día.
— ¡Entonces luche!
— No sé cómo hacerlo —acotó Lucía.
La abogada sonrió con picardía, y Lucía y su amiga se inclinaron hacia adelante para prestar más atención. Estaban intrigadas, no esperaban esto.
Los ojos de la abogada tenían un brillo especial y la curvatura de sus labios inclinada hacia un costado la asemejaron a la picardía de una niña. Lucía se preguntaba si había sido sensato caer allí.
—Probaremos un tiempo —dijo la abogada— Usted ya no estará atenta a su esposo. Si viene… si su ropa esta arreglada… si su cena esta lista... ¡nada! …comprará un costoso perfume, zapatos de tacón alto y ropa sensual. Visitará seguido a su peluquera que le hará variados peinados, …añada manicura también. Luego saldrá antes que su marido, y regresará después de él. Compre un perfume caro, de hombre, que se lo pondrá al regresar.
Lucia agrandó sus ojos
— Pero ¿a dónde iré?
— ¿Su amiga vive cerca?
— A la vuelta —se apresuró a decir la amiga.
— Bueno. Irá allí y regresará desaliñada. Sin labial en sus labios y con el aroma del perfume de hombre que comprará. Así durante varios días …o semanas. No dé explicación ni, aunque su esposo se lo pida. Si quiere recuperarlo deberá hacer la farsa. Si no da resultado iniciaremos el divorcio.
Lucia temblaba, pero estaba resuelta a luchar. Lo amaba y también quería comprobar si él la amaba, o si en algún momento lo hizo.
Las compras duraron varios días. La peluquera, la manicura, todas cómplices para ayudarla en esta empresa de recuperación.
— ¡Una tilinga de tetas grandes y joven no podrá con nosotras! —se decían entre ellas ¡todas con la misma camiseta!
Y la función comenzó.
Un esposo atónito observaba cómo su dulce y tímida esposa, salía antes que él ¡y atractiva!
Cuando regresaba, su mujer no estaba. Ni nada en la heladera, ni la ropa lista. Debía poner su ropa en el lavarropas y comprarse para cenar.
Cuando se levantaba para ir al trabajo, se tropezaba con algún tacón alto desparramado en la entrada, o un vestido colgaba medio agarrado del respaldar de una silla ¿…y el aroma en el aire? Ese perfume no era el que él usaba.
Estaba molesto. Desconcertado. Intrigado. ¿Qué le sucedía? Se suponía que lo que su mujer hacia no debía importarle, pero descubrió que sí le importaba ...y mucho.
A cada pregunta que le hacía a Lucía, la respuesta era el silencio y la indiferencia.
Mientras tanto Lucía se arreglaba primorosamente para dar vuelta la esquina, donde con su amiga miraba películas, lloraba hasta cansarse, y dormía hasta que el despertador sonaba. Dejaba su cabello despeinado y el rímel corrido; y se ponía el perfume acordado.
Se vestía y regresaba a su casa cuando sabía que su marido había regresado, se quitaba el calzado por cualquier lado, y entraba a su habitación donde en soledad rezaba …rezaba que, si su esposo la amaba, volviera; pero si el amor ya no existía, que se fuera.
¿Peleaba por un amor? ¿peleaba por su orgullo? Por el amor, se decía.
Y una noche entró a donde ella y le pidió perdón.
Sus celos lo mataban. No soportaba que amara a otro ...le pedía otra oportunidad.
Vivieron juntos veinte años más.
Decir que eran como novios no es una exageración.
A la muerte de su marido le siguió la resignación, lo visitaba en el cementerio todas las semanas y le hablaba.
Hoy descansan juntos uno al lado del otro.
Se puede decir que el verdadero amor es eterno.
Muñeca de Trapo
de Ana María Pastori
Era pequeña, delgada, con una larga cabellera rojiza color fuego que siempre llevaba sostenida con una vincha. Le gustaba sentir el aire entre sus hebras y el movimiento vaivén la hacía sentir bien...
Tenía alrededor de 10 años, se dirigía a la escuela pública ubicada en la calle Mitre de Villa gobernador Gálvez. Turno tarde.
No era popular; siempre tímida le costaba socializar. Su niñez no estuvo plagada de abundancia, y un padre de mal carácter suele anular tu personalidad desde la más tierna infancia; por eso no hablaba mucho. Solía ser distraída, imaginándose en otro lugar cuando saliera de la escuela, todo para no regresar a casa.
Esa tarde en particular tenía clases de manualidades. La profesora desde hacía varios años, era alta, delgada; seria y autoritaria, nunca sonreía y su voz era potente.
Aprendió a hacer muñecas de trapo. Se debía rellenar con aserrín, pero ella la rellenó con algodón. Le dibujó hermosos ojos color verde, y con lana le hizo hermosas trenzas color rojo. Su tía la costurera le confeccionó un vestido primoroso. Estaba orgullosa con su trabajo en la finalización de la clase. En el recreo la portera tomó la muñeca y la acaricio, dijo como para sí, que le encantaría una para su hija, pero que no podía comprarla.
La niña la escuchó y decidió, con la ayuda de su tía, confeccionar una para la hija de la portera. Claro, como sorpresa. Nadie debía saber nada. Y comenzó su trabajo.
En las clases posteriores de manualidades se daba comienzo al regalo del día de las madres. Era una canasta con círculos de cartón envueltas en lana. Por supuesto ella se atrasó en este trabajo para terminar a tiempo la muñeca para la portera. Su tía se lució en el vestido, medias y zapatitos ¡Estaba preciosa!
Cuando la terminó, la envolvió muy bien en un papel de regalo usado que su madre solía guardar, por las dudas. Apenas entró a la escuela la buscó y se la dio. La portera no podía hablar y sus lágrimas de agradecimiento fueron la recompensa.
Llegó el día de la madre y la niña no pudo terminar el regalo. Pidió ayuda a la maestra de manualidades, y con voz potente le dijo que “si fue vaga, no merecía que la ayudara.” …y la pobre niña no supo cómo terminar el regalo a su mamá.
Gruesas lágrimas derramó. La vergüenza de que todos escucharan y pensaran igual, era un dolor grande; lo que ahora nos parece insignificante era un mundo a ésa edad. Aprendió que las apariencias engañan, que si alguien no termina una obligación no hay que juzgar de manera errónea. Nunca juzgó a nadie, pero tampoco olvidó.
Pasaron los años, y la niña se convirtió en mujer. Una adolescente de diecinueve años fue un domingo a comer, a casa de quien era el novio de su hermana y ¡oh sorpresa! ¡La portera era su tía!
La portera la abrazó y le contó que todavía conservaba la muñeca. Que nunca olvidó ése gesto generoso del que nadie sabía. Su novio reciente, que ahora es su esposo, tampoco lo sabía... Sin embargo, a pesar de la alegría, ése sabor amargo, esa pequeña herida en su corazón de niña, …ése regalo inconcluso que terminó en la basura... eso nunca olvidó.
Entrevistas a Autores Independientes de Países de Habla Hispana
Detrás de las Letras:
Espacio está abierto a escritores de todo el mundo, sin importar su origen, estilo o trayectoria. Aquí celebramos la diversidad de las palabras, publicando uno de sus escritos, acompañado de una breve biografía y una pequeña entrevista que nos permite conocer más sobre su visión y proceso creativo. Todos son bienvenidos, porque creemos que cada voz tiene algo único que contar.
“Mi postal favorita”
Mi lugar favorito, sin duda, es un sitio en donde suelo acudir cuando estoy mal, cuando mis preocupaciones me abordan de una forma caótica. Es un pequeño rincón que no todos conocen, ni siquiera yo a la perfección. Es mi zona de recreo, de creatividad, de descanso...
Para que te hagas la idea de lo que describo, es un lugar que ni siquiera figura en un mapa. Es extenso, hermoso, con un clima por lo general cálido, pero suele llover inmensamente si una nubecita se estaciona.
Los días de sol son sin duda los más bellos que puedas imaginar. De tan solo estar ahí, dan ganas de pasar muchos años en ese estado. Es un lugar sencillo, pero cómodo de habitar, su vista posee todos los colores, desde los más vibrantes, hasta los más neutros.
Algunos días, quién se encarga del sitio, lo adorna para que pueda resaltar su belleza natural, otros tan solo lo dejan tal cual está, casi al borde del descuido. Pero hasta en esos días suele ser uno de los paisajes más interesantes que puedo ver.
Hay mañanas donde todo el pasto verde, mágicamente se llena de pequeñas flores, desde las más simples a las más exóticas. Los árboles dan su fruto y los pajaritos cantan. Ellos que, teniendo toda la libertad de un cielo infinito, deciden permanecer ahí.
Pero también hay noches donde son oscuras, no hay luna, no hay estrellas, no hay ruidos, casi no hay nada. Justo en ese momento es donde quisieras irte. Partir de ese lugar para no regresar más. Caminas y caminas, recorres y traspasas toda esa oscuridad. Cuando tan solo te falta un paso para salir, el sol nuevamente sale demostrándote que aún con toda la oscuridad, siempre al otro día vuelve a iluminarse, porque de eso se trata; como si de forma metafórica el sol recargara su energía para al día siguiente, llenarte de esperanzas e insistirte para que sigas ahí, que hay mucho recorrido por conocer y caminar.
Puede que mi visión sobre este lugar no sea justamente la que tú puedas percibir, hasta lo que otro pueda ver, pero hay en algo que podemos coincidir, y es que el lugar emite más confianza que ningún otro. La serenidad que puede trasmitir quedarse en algún sitio con sombra y cerrar los ojos para escuchar el ruido de la calidez, la paz que por momentos pareciera susurrarte al oído, o la potencia y fuerza que a gritos te invita a conservar.
El viento que te despeina, a veces tan brisa, tan calma, otras veces tan intenso como un huracán.
"El viento que te despeina, a veces tan brisa, tan calma, otras veces tan intenso como un huracán..."
Es sin duda un lugar donde vale la pena vacacionar, pero no de temporada corta, sino de esas temporadas que como mínimo, toda la vida, y un día más.
La adrenalina que corre por tu interior es la fiel prueba de sentirte vivo, de sentir ese calor. Es un pequeño mundo que se cansó de morir, y de vuelta resurgir. Un pequeño universo que te cuida, que te invita a cuidar, a querer, a amar, a valorar. Porque en ningún lugar del planeta, me siento tan a gusto como acá, en esta postal que miro todas las mañanas cuando me levanto y me lavo la cara.
Este sitio, desastroso, caótico, lindo e incomprendido, soy yo. Cuando no tengo dinero, o tiempo, o ambos me faltan, lo que me sobra es ilusión e imaginación. Me sumerjo a mis pensamientos, mis deseos, mi escritura, mi amor. A ese pequeño mundo de un metro y cincuenta y ocho centímetros que se encarga de llevarme, de cuidarme, de escribirme y leerme, de comprenderme; ese mundo soy yo.
No olvides que tu historia también puede ser publicada aquí. Nos encanta LeerTe.
Detrás de las Letras:
Conocemos a Caterina 🥰
Mi nombre es Caterina Vargas.
Tengo 28 años y nací un 21 de mayo. Vivo en Mendoza, Argentina, pero soy mucho más que eso.
Soy intensidad, soy amor, soy energía, soy aprendizaje, soy esa niña que buscaba ser aceptada entre mis compañeros de escuela, esa adolescente que sufría por no encontrar un lugar en su realidad,
y por no comprender la vida adulta.
Esa amiga incondicional, esa amiga olvidada, aquella mujer buscando amor, aquella mujer encontrándolo, esa persona que celebra tus logros como propios.
Soy la plenitud de mis vivencias, soy la lluvia de mis días tristes particularmente emocional, soy luz, a veces neblina, pero soy todo el tiempo.
Trabajo para ser fiel a mi estilo, para conservarme a mi misma, sin perderme en el camino. Escribo desde hace mucho tiempo.
Cuando era niña, solía llevar conmigo un cuaderno, para escribir todo eso que necesitaba callar o no consideraba algo digno que contar; manía que sigo manteniendo en el presente.
No escribo de forma profesional, sino como pasatiempo por momentos, y como casi una necesidad por otros.
Es mi manera de escaparme de la realidad, una vez que tomo mi cuaderno y mi lapicera, pierdo noción del tiempo y termino escribiendo hojas y hojas de sentimientos acumulados, que alguno que otro ni siquiera sabía que tenía.
Es mi mundo y mi lugar seguro...
Mi pasión más grande es realizar todo aquello que me permita ser, tener la libertad de expresarme, de fluir.
Me gusta ir descubriendo por el camino todo eso que me permita tener la soltura, de encontrarme más cerca de quién verdaderamente soy.
Me considero una principiante en diversos aprendizajes que obtuve en la vida.
Me gusta leer al mismo nivel que escribir.
Tengo una profunda curiosidad sobre la psicología (no descarto estudiar de forma profesional), es por ello que mi principales lecturas son sobre el comportamiento de las personas. Leo para poder poner en práctica alguna que otra herramienta, que me permita ayudar a mis pares.
Pero no solo de psicología se basan todas mis lecturas. También de filosofía, biografías, poemas pertenecientes a la literatura Argentina, entre otros temas.
Mis inspiraciones a la hora de escribir son diversas, empezando por escucharme y
tratar de volcar en letras todo eso que mi alma conserva.
Días de enojo, escribo. Tardes nostálgicas, escribo; y hasta de noches donde el silencio pareciera azotar por toda la casa, escribo.
Desde una que otra frase a textos más extensos. Es mi gran vía de escape. Me inspiro en aquellas personas que dejaron huella en mi vida, y en mi versión en cada parte de la historia con ellas.
Aún así, no todo lo que escribo inicia desde la veracidad de mis sentimientos, también me permito darle rienda suelta a mi imaginación e improvisar en temas e historias que ni siquiera me pertenecen.
"Mi postal favorita ", nació desde un equivoco, que comenté entre los integrantes de un grupo literario perteneciente a la Usina, para luego, tener la propuesta de publicarlo en su página de la cuál estoy tremendamente agradecida por brindarme la oportunidad, de darme a conocer, como así, a mi trabajo.
En este texto hablo sobre lo que considero y quiero convencerme todos los días, de que sea "mi postal favorita".
Hay cientos de lugares donde me dan la calma que muchas veces necesito para mi vida, pero aún así, no soy más que una persona ajena a él, tratando de acoplarse a todo.
Pensando sobre cómo llevar esta consigna, me dí cuenta que imaginé muchos lugares , pero no el que me permite ser; y me encontré escribiendo; y entendí que quiero y elijo ser "Mi postal favorita". ✨
"EL JARDIN ENCANTADO"
"Más allá de las brumas del tiempo"
Por: Gretchen Kerr
El tren se deslizó por las vías con un quejido melancólico, como si sus viejos ejes estuvieran cargados de recuerdos. Afuera, el paisaje se desvanecía en un borrón de tonos grises. Samuel miraba por la ventana, con sus ojos clavados en las figuras que, al igual que la vida, parecían extenderse y desdibujarse en la lejanía. El silbido del tren cortaba el silencio, y cada vez que lo hacía, un pensamiento sombrío recorría su mente: todo lo que había conocido, todo lo que había querido, se desdibujaba como el paisaje ante él.
Era un viaje de regreso a casa. Había recibido la noticia de la muerte de su padre. Un hombre vigoroso en sus mejores años, que había enseñado a Samuel todo lo que sabía sobre la vida, la caza y la lucha. Había sido su mentor, quien lo había guiado en cada uno de sus pasos, y ahora se encontraba en un ataúd, bajo tierra, alimentando el mismo ciclo del que ambos habían hablado tantas veces alrededor de una fogata.
La vida siempre había tenido un camino claro para Samuel: aprender, amar, construir. Pero la muerte, esa sombra tenaz, tenía una forma de emboscarlo en los momentos menos esperados.
El tren continuó su marcha.
El paisaje se volvía familiar: campos de trigo dorado que se inclinaban ante el viento, caminos polvorientos que serpenteaban entre los árboles. La vida era inevitable en todas partes: el ciclo de las estaciones, el crecimiento de un nuevo brote, el canto de un pájaro. Sin embargo, en medio de esa continuidad natural, Samuel sentía el agujero que la muerte de su padre había dejado.
Pensaba en cómo, alguna vez, este le había contado sobre el arte de pescar en el río, sobre cómo el tiempo se detenía en ese instante en que el anzuelo se sumergía en el agua. Recordaba la risa y la emoción de esas excursiones, pero ahora, con su ausencia, los recuerdos se mezclaban como el agua oscura que se teñía de la sombra del cielo y sus nubes de tormenta.
El tren llegó a la estación. Algunos amigos y familiares lo esperaban. Se fundió entre la multitud de abrazos y palabras de consuelo. En el funeral, la gente hablaba de lo que había sido su padre, de los buenos momentos, mientras Samuel solo podía pensar en lo que ya no tenía.
“Es un ciclo”, dijo un viejo amigo, apoyando una mano en su hombro. “La muerte es parte de la vida. La forma en que lo recuerdes es lo que realmente importa”.
Samuel asintió, pero en su interior la lucha seguía. A menudo, había escuchado que los hombres no lloran, pero en ese momento, las lágrimas se abrieron camino como un río que había estado represado demasiado tiempo. Comprendió que el dolor de la pérdida no era una debilidad, sino un recordatorio de que había amado profundamente.
Esa noche, mientras los recuerdos llenaban el ambiente y las historias se compartían alrededor de la mesa, pensó en la lección más grande que había aprendido. La inevitabilidad de la muerte no era un enemigo, sino un recordatorio de que la vida es preciosa. En la fragilidad de la existencia humana, había una belleza indescriptible. Cada risa, cada palabra, todo había sido un regalo.
Samuel levantó su copa en honor a su padre y al ciclo de la vida. Con cada sorbo, sentía que, aunque el dolor nunca desapareciera del todo, el amor que los unía era lo más valioso. La muerte no era un final, sino una transición, un paso hacia lo desconocido, y algún día, iba a encontrarse de nuevo con su padre, más allá de las brumas del tiempo.
(Mayarí, 1998).
Poeta y narradora. Licenciada en Lenguas Extranjeras por la UHO Universidad de Holguín. Miembro de la Asociación Hermanos Saíz de Holguín. Integrante del Taller de Ciencia Ficción y Fantasía “Espacio Abierto”. Ha obtenido Mención en narrativa infantil en el concurso provincial León de León con el minicuento “El gato de los ojos de oro” (Mayarí, 2014), Mención en narrativa en el mismo certamen con el cuento ‘’Cadáveres’’ (Mayarí, 2018) y Primer Premio en poesía con el poemario ‘’Retórica Negra’’ (Mayarí, 2018). Obtuvo primer lugar en el concurso literario de la Universidad de Holguín en las categorías narrativa y poesía (Holguín, 2018) y segundo lugar colateral en el concurso nacional de narrativa Cuentos Fríos (Cárdenas, 2018). Ganadora del certamen de publicación de la revista digital Novum de la UBIK-USB Universidad de Bolivia con el relato ´´La Hechicera´´ (2020). Ha publicado el cuento ´´El enviado de Cotard ´´en la revista digital argentina Extrañas Noches Literatura Visceral (2017), ´´El noventa por ciento de todo es basura´´ (2021) en la revista digital argentina Ciencia Ficción Científica y en la antología anual de la misma titulada “Yo destruí la Tierra”, además del poemario “Enajenación” en el no.98 de la Revista Almiar (Margen Cero) de España (2018). En el sitio web Poematrix “Una lluvia de espejos rotos irá incendiando el universo" (2022), "Óleo de los catecúmenos (o Ensayo para una resurrección macabra)" (2022) "Et nigras" (2022), "Cantando a Odín entre tus brazos" (2022), "Gorgoneion con cuerpo de mujer" (2022), "Sombras demenciales (Esferas de la dimensión gótica)" (2023), "El abrazo del misterio" (2023), "Gólgota de mis noches de insomnio" (2023) En Poetalia “Retórica Negra" (2023) Ha publicado el relato “El Ojo de Freegh” en la antología “Caballería Mutante” (La falange naciente) de los antologadores Yoss (José Miguel Sánchez) y José Alejandro Cantallops (Ediciones Elefanta, 2023).
Detrás de las Letras:
Hoy: Gretchen Kerr
¿Cómo te describirías?
Me considero alguien con una mezcla de virtudes y defectos. A veces soy crítica conmigo misma y me cuesta encontrar el equilibrio entre el trabajo y el descanso. A veces puedo ser un poco reservada en situaciones sociales. Me apasiona escribir historias, pero también enfrento momentos de duda y bloqueo creativo, que trato de superar. Valoro la autenticidad, tanto en mí misma como en los demás, y busco rodearme de personas que compartan esos principios. Soy una persona en constante búsqueda de superación personal, con altibajos, pero siempre esforzándome por ser mejor.
¿Qué te motiva a escribir?
Escribir es un acto de traducción: convertir el lenguaje del alma en palabras que puedan ser leídas. Dentro de cada escritor hay un mundo invisible, un universo de pensamientos, emociones y experiencias que aguardan ser expresados. Estas voces internas se convierten en una especie de tirón, un impulso irrefrenable que me lleva a plasmar en el papel aquello que, de otro modo, permanecería oculto en la penumbra de mi ser.
También, de cierto modo, escribir es mi forma de “hacer trampa” a la mortalidad. Desde que somos conscientes de nuestra existencia, la noción de la muerte se cierne sobre nosotros como un recordatorio constante de lo efímero de la vida. Escribir es un acto profundamente humano que me permite confrontar la mortalidad desde la creación. A través de la escritura, intento desafiar el olvido y, en cierto modo, trascender el tiempo mientras haya alguien que me lea.
¿Qué temas o géneros literarios te apasionan más?
Principalmente la ciencia ficción, la fantasía y el terror, donde puedo explorar lo desconocido y cuestionar la realidad. Sin embargo, últimamente estoy aventurándome en otros géneros, buscando nuevas formas de contar historias un poco más reflexivas que se vinculen con la naturaleza de los sentimientos humanos.
¿Hay alguna experiencia personal que haya influido en tu escritura?
Para mí, lo cotidiano es una de mis principales fuentes de inspiración. A menudo encuentro que los momentos más simples del día a día, pueden desencadenar ideas significativas, incluso si se trata de historias de ficción. Desde el ruido del tráfico hasta el aroma de la comida en la cocina, cada detalle cotidiano tiene el potencial de contar una historia. Me esfuerzo por observar lo que me rodea con atención, buscando la belleza en lo ordinario y la emoción en lo común. Estas experiencias, aunque aparentemente simples, a menudo llevan consigo lecciones profundas sobre la vida y las relaciones humanas.
¿Qué te inspiró a escribir este relato?
Me inspiré en "El viejo y el mar" de Ernest Hemingway al escribir mi relato sobre la lucha interna del protagonista tras la muerte de su padre. En esta novela, Hemingway captura magistralmente la esencia de la lucha humana contra adversidades implacables: la naturaleza, el paso del tiempo y, en definitiva, la muerte. A través de su personaje Santiago, el autor presenta una narrativa rica en simbolismos, donde la soledad frente a la vasta inmensidad del mar se convierte en una metáfora poderosa de la existencia humana.
La figura de Santiago, quien persiste en su batalla a pesar de los obstáculos y el desgaste, caló en mí mientras exploraba la experiencia del protagonista de mi relato. Al recibir la noticia de la muerte de su padre, este personaje se embarca en un viaje en tren, un trayecto que simboliza no solo la distancia geográfica hacia el entierro, sino también su travesía interna hacia la aceptación y el entendimiento de la vida y la muerte.
¿Cuál es el mensaje o la idea principal que deseas transmitir con esta historia?
En mi relato, el protagonista emprende un viaje en tren hacia el lugar del entierro, una travesía que se convierte en un espejo de su lucha interna. Mientras el tren avanza, el paisaje se transmuta en un
cuadro reflexivo, donde se confrontan recuerdos y emociones. La pérdida lo sume en un torbellino de pensamientos sobre la vida, el legado de su padre y la inevitable llegada de la muerte. Es un momento para valorar lo que fue, pero también para cuestionar lo que queda por venir. A través de este viaje, el protagonista comienza a desentrañar la complejidad de la existencia. Reflexiona sobre cómo cada instante vivido con su padre fue un regalo, y cómo, a pesar del dolor, esas memorias son las que sostienen su ser. La metáfora del tren, con su rítmico vaivén, simboliza el paso del tiempo: un viaje que, aunque en ocasiones puede sentirse vacío, también ofrece la oportunidad de contemplar lo que realmente importa. En el relato busco capturar la esencia de esta lucha interna.
¿Hay algún aspecto del relato que consideres especialmente importante o que te gustaría destacar?
Es interesante cómo el personaje enfrenta la desolación de la pérdida y, a la vez, encuentra la resolución de seguir adelante. A través de su introspección, se da cuenta de que aunque la muerte es una certeza ineludible, lo que realmente define a una persona es cómo vive, ama y recuerda.
¿Cómo ves este relato dentro de tu evolución como escritora?
Estoy comenzando a explorar géneros más allá de la ciencia ficción y la fantasía. Este relato representa ese primer paso hacia la narrativa más realista, donde me adentro en temas como el duelo, la pérdida y las complejidades de la vida cotidiana. Aunque todavía estoy lejos de la maestría que quisiera alcanzar, estoy emocionada por este proceso de descubrimiento. Cada nueva historia me acerca a mi objetivo de diversificar mi escritura y conectar más profundamente con los lectores. Estoy aprendiendo a plasmar emociones auténticas y a retratar la vida tal como es, con sus desafíos y sus momentos de esperanza. Sé que es un camino largo, pero cada cuartilla me permite crecer como autora y ampliar cada vez más mis horizontes.
"La Dama del Vestido Azul"
Detrás de las Letras: Recibimos un relato en Audio que todos los participantes de la Convocatoria "Dímelo al Oído" sabrán apreciar.
Juan Rodolfo es un escritor oriundo de la ciudad de Monterrey, Nuevo León. México. Un regiomontano de nacimiento que disfruta del magnífico arte del escribir cubierto bajo las sombras de varios maestros de este bello gusto por expresar basándose en las palabras ordenadas.
Ingeniero en Manufactura de profesión, pero por decisión se denomina escritor. Con una experiencia de poco más de 45 años en la escritura, está fascinado de poder construir con letras casi cualquier temática que sea digna de ser exaltada.
No obstante, su temática preferida para escribir es y será siempre respecto a la belleza de una mujer, independientemente de su extracto social. Él, se permite agregar que si la dama pertenece al ámbito artístico, literario, pintura o escultura. Con gusto se deleita en escribir más y más.
Sin embargo, su anhelo es poder colaborar con las nuevas generaciones de escritores. ¡Juan Rodolfo Abrego López!, Siempre acompañado de su seudónimo, el príncipe. A mucha honra un escritor que no tiene problema alguno en estar bajo el auspicio de escritores talentosos.
Escritora y guionista, captura en el papel momentos únicos, siempre desde la emoción y la intensidad de lo vivido. No le gusta la poesía, porque siente que son palabras que adornas, y ella busca transmitir lo que siente "sin tanta vuelta". Aventurera y rebelde, vive sola, acompañada únicamente por sus dos perros, en una antigua casa que transforma a su ritmo.
Cada cambio es acompañado por la edición de alguno de sus libros, como si ese mundo le ayudara a fluir de sus textos. Como si en sus muros reflejara sus propias evoluciones.
Comer sano y rico, no solo por necesidad, sino como experiencia ya planea convertir esa pasión tal vez en un oficio. Mientras tanto, sigue escribiendo sueños y plasmando sensaciones, porque es la única manera en que sabe habitar el mundo.
La sed de su Estampa
Como cada noche,
voy a su ventana.
Reitero mi pena,
expongo mi alma,
me duermo en las ramas,
espero a que abra…
Me quedo en silencio,
sin llanto, apagada.
No habla, me mira…
¡Implora mi nada!
¡Me tiene sujeta a la sed
de su estampa!
TERRITORIO
Samantha Bridge
"Relatos breves que nacen de vivencias profundas y emociones intensas"
TERRITORIO
Relatos íntimos y personales
No es solo un libro. es una invitación a experimentar ideas, momentos y emociones desde una perspectiva única.
¿Te animas? Cada página guarda un instante inolvidable, un reflejo del alma de la autora. Este viaje literario te llevará por situaciones diversas que tocan el corazón y la mente, siempre con frescura y autenticidad.
Se trata de una colección donde cada relato tiene su propia fuerza, dejando un impacto diferente en cada lector.